El cuento no va a ser muy lógico ya que fue un sueño.

Locura pasiva

Estaba yo en una isla ¿por qué? Porque mi escuela esta aquí en las bermudas pero no había nada extraño, sólo que a todos le gustaban este lugar excepto a mí.

Mi papá me metió a fuerza pero lo bueno fue que conocía a todos en la escuela.

La escuela ocupaba toda la isla ya que era muy pequeña, la única forma en que podemos obtener comida es que nos la mandan por medio de barcos y hablando de barcos, la escuela ya no ea una escuela académica sino una de como navegar lanchas y barcos para pescar.

En my primer día después de las vacaciones, el psicólogo vino a darnos clase, el salón era grande y había un cuarto al frente que nos separaba por un vidrio y en ese vidrio había un túnel para que puedas entrar a ese cuarto.

-¿Ven ese cuarto?- preguntó el psicólogo -No quiero ver a nadie ahí-

Tocó el timbre pero ya no había otra clase, ya era la salida pero estábamos en una isla pequeña, exactamente afuera era como una mini-plya solo había 2 palmeras pequeñas, la arena y la entrada a la alcantarilla.

La escuela tenía cuartos grande para todos pero cada cuarta era para solo una persona, todo estaba bien arreglado y los muebles eran muy elegantes y costaban hasta unos 50, 000 pesos, cada quien tenía su propio baño y la cama era king size.

No podía creer que todo estaba tan lujoso.

Pero no había nada que hacer y me fui con Azael, Jesús, César y Jorgeluis a la alcantarilla. Ellos hacían graffiti mientras yo sólo me recargué contra la pared y observé.

-Ven- dijo César, se agachó y se metió a un túnel pequeño. Nadie dijó nada y solo lo seguimos pero sentí que me estaba ahogando ya que el agua me llegaba a mojar la ropa y estaba gateando en un túnel pequeño que me asfixiaba y no podía voltear hacia atrás.

Al final terminamos de gatear y encontramos una cueva con dos lanchas, una pequeña y otra grande que era uno de los últimos modelos que le encataban a los maestros hasta a Azael. Azael tenía la boca abierta y puso una mano sobre la lancha.

-Mejor vámonos de aquí antes que algún maestro nos encuentre- dijo Jorge.

Todos nos fuimos excepto Azael que se quedó con la boca abierta mirando a la lancha como si fuera la cosa mas hermosa que había visto en su vida pero tal vez sí estaba enamorado de una lancha mientras los otros estaban enamorados del graffiti, seguimos en el túnel pero habíamos encontramos otra forma para llegar a ese cuarto que el psicólogo nos prohibió entrar, CéSar, Jesús y Jorge hacían graffiti porque el psicólog estaba ocupado checando los exámenes que no nos había dado. Él lo estaba leyendo y calificándolo con ceros ya que no había respuestas en ninguna de las preguntas.

-¡Ya vamonos! El psicólogo va a voltear y nos va ver.- les dije en voz baja. Salímos del túnel y el psicólogo vió el grafiti pero no nos vio escapar.

Fuimos por Azael que se subió a la lancha último modelo pero llegó un profesor y lo tiró al suelo.

-Esa es mi lancha, no la toques.- dijo el maestro.

Azael se quedó sentado, recargándose en la pared. Parecía algo triste y no se moviá como si se ya estaba muerto.

Escuchamos un sonido que se parecía al de un motor y vimos desde la cueva que estaba lloviendo afuera y Karen estaba navegando su lancha, las lanchas que todos navegaban tenían formas de motocicletas y tenías que estar parado pero los que estaban en la lancha se podían sentar o acostarse.

Aunque era nuestro primer día de clase, todos nosotros teníamos una lancha y si sabiamos navegarlas pero los mas listos podían navegar lanchas mas rápida.

-¡Vamos Karen! ¡WUUUUUUUU!- gritó Jesús.

De repente un hombre peludo con un paliacate morada agarró a Karen y la llevó en su lancha.

-¡Karen!- Grité y fuimos por nuestras lanchas a salvarla, sólo se quedó Azael en la misma posición.

Durante la persecución del secuestrador, Jorgeluis salvó a Karen, el la agarró ye la salvó, dimos una vuelta y estábamos regresando a la escuela mientras Karen tartamudeaba y temblaba.

-¿Estas bien, Karen?- preguntó Jorge. Se quedó callada hasta que el secuestrador empujó a Jorge y agarró a Karen. La lancha se detuvó y Jorge se subió a la lancha otra vez y todos nos fuimos por el secuestrador.

-¡AAAAAAAAAH! ¡AUXILIO!- Le dió patadas y golpes al secuestrador pero no la soltó.

Azael se levantó al escucharla gritar, se subió a la lancha grande y fue por Karen pero chocó contra el profesor que lo tiró de la lancha. Se calló de la lancha y el profesor le dijo:

-¿Te gusta la lancha? Te lo presto.- Azael no dijo nada y se subió otra vez a la lancha y aceleró otra vez hacia Karen.

La lancha iba demasiado rápido pero con eso salvó a Karen y el secuestrador no los alcanzó.

-Karen ¿puedes navegar la lancha? Es que no la puedo controlar.

Karen sequía temblando y no dijo nada, solo navegó la lancha hasta llegar a la escuela, di la única toalla que teníamos a Karen, estábamos empapados y teníamos frío pero Karen la necesitaba mas, la pobre estaba temblando, tartamudeando palabras incompletas que no se entendía y nunca había parpadeado por eso en vez de dejarla, la llevamos a su cuarto y la pusimos a dormir.

Estábamos cansados y fuimos a nuestro cuarto, mientras que caminaba vi al director que nadie conocía, el profesor, que tiró a Azael y el psicólogo estaban juntos y sonrieron como si quiera decir "Ánimo".

Luego vi a Marcelo que pensé que había ido a otra escuela.

-Hola Maple ¿te engordaste?

Le di una cachetada y seguí caminando hasta llegar a mi cuarto.

En la media noche, salí de mi cuarto para ir por un vaso de agua y vi al director caminando con una almohada. Él tenía una barba larga y blanca como su pelo y usaba un vestido.

-¡Maple. Como has crecido!

No sabía que decirle ya que no lo conocía, además no sabía que decirle.

Luego salió Adrián que era de mi edad y estaba en el cuarto al lado del mío.

-Adrián, apenas tienes 4 años y estas en la secundaria!

Adrián también se quedó callado.

El director bostezó y se acostó en el suelo, lo vi temblar y empezó a murmurar cosas extrañas.

Fui a mi cuarto y agarré una colcha blanca que tenía antes de venir, recordé que alguien me lo dió y dijó:

-Úsalo cuando tengas frío.

Pero tenía 3 colchas mas que me lo dieron al entrar aquí, la colcha blanca se me hacía mas especial pero no creo que lo voy a necesitar.

Salí de mi cuarto pero luego vi que Adrián ya le dió una colcha y el director dejo de murmurar pero de veras que no necesito la colcha pues se lo di al director y se parecía un poco mas tranquilo.